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Reseña
AdVersuS, Año III,- Nº 6-7, agosto-diciembre 2006
ISSN: 1669-7588
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La Estética como ideología

Eageton, Terry
Lugar: Madrid
Editorial: Trotta
Páginas: 514
ISBN: 84-8164-827-2
2006

Eagleton propone en La Estética como Ideología, un recorrido por los textos capitales de la estética filosófica moderna y contemporánea, integrando en su propuesta los desarrollos conceptuales de la crítica literaria y de la literatura modernista.

Caracterizado por su autor como “intento de encontrar en la categoría de lo estético un modo de acceder a ciertas cuestiones centrales del pensamiento europeo moderno” el texto se inscribe en el objetivo amplio que atraviesa la obra de Eagleton, tal la explicitación (y comprensión) de aquellos mecanismos que posibilitan la permanencia de patrones hegemónicos como condición previa para una práctica o acción efectiva. Se podría afirmar que este objetivo adquiere importancia en su pensamiento ya desde Shakespeare and Society (1967) y From Culture to Revolution (1968), en los que se advierte cierto tono político combativo; alcanza rasgos particulares con su paulatino distanciamiento del marxismo estructuralista y su focalización en la retórica y la política desde Criticism and Ideology  y Marxism and Literary Criticism (1978) y se acentúa  en Walter Benjamin or towards a Revolutionary Criticism (1981), donde avanza sobre las posibilidades de una crítica revolucionaria con un estilo que podría caracterizarse como una asociación particular de marxismo, deconstrucción sui generis y humor. 

La herencia de Raymond Williams y de la crítica cultural de orientación marxista-gramsciana, atraviesa esta  especie de genealogía de los exponentes más significativos del discurso acerca de la Estética, reconstruyendo sus supuestos principales y delimitando su protagonismo en la formación de ésta como espacio de disputa de los conflictos centrales  de la modernidad y contemporaneidad occidental.     

La larga historia de la estética, comienza en “Particulares libres” (Capítulo 1) con la referencia (asiduamente olvidada) a la formulación de Baumgarten de ésta como un discurso del cuerpo y su orientación hacia la progresiva separación de las regiones de lo cognitivo, lo ético-político y la estética “libidinal”. Lejos de una evocación nostálgica por lo perdido,  Eagleton analiza los aspectos positivos como los negativos de este proceso en la Modernidad y el “curioso” mecanismo por el cual el arte se disocia de lo cognitivo, lo ético y lo político, mediante su integración en el modo capitalista de producción.  La  pérdida de la fuerza política del arte, dice Eagleton confesando cierta exageración en su afirmación, inaugura  de algún modo la expansión de la estética en cuanto posibilidad de reconexión de estas regiones separadas, pero al costo de diluir en ellas las restantes: todo termina siendo “estético”. La pregunta que Eagleton se formula, se relaciona con las posibilidades de una estética negativa (ya en el modernismo) para fundamentar una política. El fracaso de la respuestas de las vanguardias y la fusión de lo económico y lo simbólico en los años de posguerra, posibilitan el pasaje al posmodernismo con sus vertientes conservadoras e “izquierdistas”–que Eagleton amplia en The Illusions of postmodernism (1996)– las que traducen, en definitiva,  una contradicción básica entre la economía capitalista (con su mercancía iconoclasta y polimorfa, transgresora e indiferente)  y la  cultura burguesa (proclive a la valoración de las jerarquías, la identidad y la distinción).

La tesis de Eagleton parte del reconocimiento del expandido interés de la categoría de lo estético en la Europa moderna y de una anomalía detectada, tal  su persistencia teórica en un mundo en que la práctica cultural tiende a ser una rama más de la producción general de mercancías. Para Eagleton, la Estética se configura como una especie de proyecto contradictorio desde sus orígenes: en igual medida que fomenta el valor teórico de su objeto, se arriesga a vaciarlo de aquellos rasgos definitorios, tales su especificidad o inefabilidad. La indeterminación del concepto mismo (Estética  parece ser un término abarcador de numerosas preocupaciones) explica para Eagleton su persistencia, esto es la continua remisión a cuestiones centrales en la lucha de la clase media por alcanzar la hegemonía política; pero también configura una oportunidad  en cuanto deviene condición de posibilidad  para la generación de una hegemonía alternativa.

En su propuesta de considerar la categoría de lo estético como mediadora entre la idea de cuerpo y temáticas políticas, incluso tradicionales,  resulta interesante advertir el modo en que Eagleton preanuncia la importancia de una línea de investigación cuyo desarrollo ha sido considerable en los años posteriores y aún en la actualidad. Pero ya aquí Eagleton advierte contra sus tendencias extremas: la mistificación de lo corporal o su olvido en la acentuación de ciertos tópicos políticos. Precisamente su intención es mostrar (y lo logra acabadamente) que lo estético es el “modelo secreto de la subjetividad humana en la temprana sociedad capitalista” pero a la vez también ”una visión  radical de las energías humanas, entendidas como fines en sí mismos, que se torna en el implacable enemigo de todo pensamiento de dominación e instrumental”. Advirtiendo su complejidad extrema, se aleja de la  aceptación acrítica como de su denuncia estéril.

La de Eagleton es una magistral descripción de la estructura ideológica de la Estética y con ella, de su carácter hegemónico y una reflexión fundamental acerca de sus mecanismos de afirmación mediante la neutralización de lo cognitivo y lo  ético-político. 

Alejandra Niño Amieva

 

Eagleton, Terry
La Estética como Ideología
Madrid: Trotta
2006
Título original:
The Ideology of the Aesthetic
Oxford: Blackwell
1990

Índice:

Presentación, Las ilusiones de la Estética: Ramón del Castillo y Germán Cano
I. El sacrificio de la crítica
II. Ironías de la historia
III. El crítico como bufón.
IV Un bajito en la corte estética
V. El cuerpo político

La Estética como Ideología
Introducción
1. Particularidades libres
2. La ley del corazón: Shaftesbury, Hume, Burke
3. Lo imaginario kantiano
4. Schiller y la  hegemonía
5. El mundo como artefacto: Fitche, Schelling, Hegel
6. La muerte del deseo: Arthur Schopenhauer
7. Ironías absolutas: Soren Kierkegaard
8. Lo sublime marxista
9. Ilusiones verdaderas: Friedrich Nietzsche
10. El nombre del padre: Sigmund Freud
11. La política del Ser: Martin Heidegger
12. El rabino marxista: Walter Benjamin
13: Arte después de Auschwitz: Theodor Adorno
14: De la Polis al postmodernismo

Terry Eagleton, nació en 1943 en Salford (Gran Bretaña) en el seno de una familia obrera de inmigrantes irlandeses, estudió en el Trinity College de Cambridge, con Raymond Williams y militó en la izquierda católica. Ha enseñado Literatura Inglesa en la Universidad de Oxford y es profesor de Teoría Cultural en la Universidad de Manchester. Entre sus libros traducidos al español se encuentran:  Una introducción a la teoría literaria;  Ideología; La función de la crítica; Walter Benjamin o hacia una estética revolucionaria; Las ilusiones del postmodernismo;  La idea de cultura. Una mirada política a los conflictos culturales; El Portero y Después de la teoría.  Sus últimas obras son Figures of Dissent (2003);  Sweet Violence. The Idea of the Tragic (2003) y  The English Novel (2005).