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Presentación
AdVersuS, Año I,- Nº 1, Junio 2004
ISSN: 1669-7588
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TESIS COLECTIVAS PARA EL ESTUDIO DE LA CULTURA DESDE LA PERSPECTIVA DE UNA CIENCIA HISTÓRICO-MATERIALISTA DE LO SOCIAL (I)
Grupo Sigma

 

1. Premisas:

1. En el marco de una concepción del signo como objeto consensuado que reclama petición de existencia al sistema social en el que se inscribe conflictivamente, interpretar un signo implica necesariamente poner de manifiesto las contradicciones significativas de dicho sistema sígnico. Es decir, el signo es el lugar de explicitación de la lucha de clases, la que se manifiesta de modo crítico en la petición de olvido y en el aumento de la significidad del sistema.

2. Las contradicciones significativas del sistema, en el marco de la lucha de clases, se dan a partir de una cierta porción sígnica, cualitativa y cuantitativamente autosuficiente (hipótesis de comunicabilidad) mediante la imposición de una victoria social (dominio y/o hegemonía). Es decir, la acumulación de intersubjetividad histórica es no redundante: conlleva negaciones, negociaciones, silenciamientos: el sacrificio de interpretaciones posibles, de mayores o menores porciones significativas.

3. El sistema sígnico, como espacio de lucha, como choque de cadenas significativas (o como punto crítico) y por esa misma acumulación no redundante de intersubjetividad (lecturas, interpretaciones, decodificaciones, etc.) no es una práctica inalterable sino que por el contrario su “estructuralidad” no es homogénea ni homeostática, sino que se manifiesta como tensión de distintos grados de estructuración en una dialéctica permanente entre núcleo y periferia o márgenes enunciativos.

4. Dicha dialéctica condiciona en su contexto, una capacidad (de génesis) de lecturas posibles entre las deseadas que limitan, codifican o gramaticalizan la significación (corpus de sentido) del proceso histórico como programación social mediante procesos comunicativos de actualización de sentidos.
5. Esta modelización implica, al evidenciarse/ explicitarse los choques significativos, el desarrollo de procesos, ya no sólo explicativos sino también justificativos, manifiestos en las sucesivas automodelizaciones del sistema sobre todo al enfrentarse con otros sistemas (diatópicos, diastráticos, diafásicos o diacrónicamente) interpelativos.

6. El aumento de las contradicciones del sistema y la reconstrucción justificativa sucesiva del paradigma lleva a las crisis de la legitimidad cuya resolución depende básicamente de la construcción de modelizaciones alternativas que básicamente historizan el sistema, es decir cambian la relación jerárquica de los textos constitutivos: los desnaturaliza.

7. Estos procesos interpretativos cambian la relación entre los textos y los metatextos.Cada actualización metatextual disminuye la entropía pero aumenta a su vez sus contradicciones significativas al naturalizarlo, al negarle historicidad: al alienarlo. Todo metatexto es un acto responsivo, por lo que no es un catálogo ontológico de cosas “naturales”, “reales”, sino que por el contrario sistematiza y organiza prácticas históricas: no sólo contextualiza, haciéndolas presente-pertinentes sino que también co-textualiza respondiendo e intertextualizando.

8. La negación del reconocimiento de la existencia de intertextos, de la responsividad de la enunciación, de la concurrencia de signos/textos, aliiena al sujeto (hecho de cruces significativos y dialécticos, es decir (auto-) impuestos y valuados) lo margina de una potencial práctica sígnica con mayor capital de información acumulado. No re-conociendo sus límites, negándolas como construcción en la cual se participa evaluando la alineación sígnica niega la responsabilidad de construir una hegemonía alternativa al negar el derecho de producción semiótica de los márgenes interpretativos. Por ello, todo realismo se construye con la implicitación de las intertextualidades consensualizadoras.

9. Toda semiosis implica una significación valorativa jerarquizada, la afirmación de una certeza de clase, la justificación de un sistema de reproducción social. En consecuencia, y así delineado el pensamiento semiótico, en su arremeter contra los límites de sí mismo, conflictualiza el criterio de realidad del sistema, lo evidencia como una construcción histórico-social, y mediante la descripción desautomatizante de los supuestos del mecanismo justificativo y verificativo origina la fractura significativa creada por la práctica de un pensamiento no-hermenéutico, inicio de una nueva semiosis sobre supuestos más dinámicos y por ello, potencialmente más significativos.


Publicado en Ad-VersuS, 1, diciembre 1990, Roma-Buenos Aires:7-8
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